¿Qué se necesita para ser un profesor de castellano para extranjeros?

Requisitos para enseñar castellano a extranjeros

Para ser profesor de Español como Lengua Extranjera (ELE), es necesario contar con una determinada formación. La que más se recomienda es tener un grado en Estudios Hispánicos o Filología Hispánica, teniendo así unos estudios de la literatura y lengua españolas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la posesión de un grado no es suficiente para lanzarse a la enseñanza del español. Muchos profesores que se dedican a enseñar el español a extranjeros, han estudiado grados en Periodismo, Educación, Traducción o Lenguas.

Además de tener un grado en el ámbito humanístico, un método para ser profesor es tener un grado en Enseñanza de Español como lengua extranjera, unos estudios que se ofrecen en muchas universidades de países que hablan español.

Por otra parte, para ser profesor de ELE, existen cursos de formación, como por ejemplo el máster en enseñanza.

¿Dónde se enseña el español como lengua extranjera?

Nos encontramos con diversas opciones, tanto si las clases se imparten en un sitio público o privado, como una escuela de idiomas, una academia, etc., ya que los requisitos que piden suelen ser variados. Por lo general, se requiere un grado en lengua española o un máster en enseñanza. Si se trata de exnseñar el español en el extranjero, se necesita un curso de formación como profesor de ELE. En el caso de que se opte por ser un profesor particular, los requisitos no son obligatorios, sino deseables.

¿Qué se necesita para ser profesor de español como lengua extranjera?

Además de los requisitos académicos, se necesitan una serie de cualidades para ser profesor de español como lengua extranjera. Hay que tener en cuenta que no es imprescindible ser nativo español para impartir este tipo de enseñanza.

• Creatividad: es importante ser creativo y evitar las clases repetitivas.
• Materiales: el profesor debe preparar el material adecuado como los recursos de aprendizaje, ejercicios, exámenes...
• Claridad: es necesario tener claridad en las explicaciones de unos conceptos que a veces pueden ser complicados de entender.
• Organización: es fundamental saber organizarse ante la gran cantidad de material que hay que preparar para la enseñanza.
• Paciencia: ser paciente es fundamental ya que muchas veces es necesario volver a explicar conceptos ya explicados y corregir errores a los alumnos.
• Comprensión: es importante tener empatía y don de gentes para establecer vínculos con los alumnos y adaptarse a sus necesidades de aprendizaje.